Manuel tenía 52 años cuando su urólogo le recetó
ver fuente. "Mi problema era psicológico. Tuve gatillazo dos veces seguidas, y desde entonces estaba más pendiente de cómo respondía que de relajarme y disfrutar. Y así no había manera de que aquello se animara", cuenta. Los comprimidos azules le aportaron confianza y se han convertido en ...